La “impuestofilia” cree haber encontrado en la presión fiscal el talismán perfecto que permite sustentar sus anhelos intervencionistas. Sin embargo, defender subidas (¡o bajadas!) de impuestos apoyándose en los diferenciales de presión fiscal lo que realmente denota es la ausencia de razones verdaderamente sólidas que recomienden dicha subida (o bajada)

«El índice de presión fiscal es un índice impreciso, poco informativo y de una utilidad muy limitada para realizar recomendaciones de política impositiva. Entre sus limitaciones cabe mencionar que sólo informa, y de manera imperfecta, del nivel agregado de imposición, pero nada dice ni de la composición del sistema fiscal que genera esa recaudación ni de cómo se distribuye individualmente esa carga fiscal agregada entre los contribuyentes. Es decir, la presión fiscal omite del análisis toda consideración asignativa (eficiencia) y distributiva. Por otro lado, tampoco tiene en cuenta los diferenciales de precios y tamaño poblacional entre jurisdicciones, por lo que el índice de presión fiscal es silente respecto al esfuerzo (social) que requiere generar cada unidad de PIB y obvia, a su vez, el sacrificio relativo que supone el pago de impuestos en relación a la capacidad productiva de cada economía».

La Fundación Disenso presenta un nuevo informe con el objetivo de pasar revista no sólo a la presión fiscal en España sino también a otros índices agregados -índices de sacrificio fiscal- que compartiendo muchas de las limitaciones de la presión fiscal son, en el margen, más informativos.

Puede descargar el informe a través del siguiente enlace.