El 29 de abril de 1980 falleció el emblemático director londinense Alfred Hitchcock que revolucionó el cine de suspense y terror
La mañana del 29 de abril de 1980, Alfred Hitchcock falleció en su residencia de Bellagio Road, en el lujoso barrio residencial de Bel-Air. El emblemático director dejaba tras de sí una extensa carrera en la que dirigió 53 películas, dando con maestría el salto del cine mudo al sonoro, y obtuvo seis nominaciones a los Óscar, levantó cuatro Premios Emmy, ocho Premios Golden Laurel y dos Globos de Oro, entre sus múltiples reconocimientos.
Autodefinido como «un misterio dentro de otro misterio», Hitchcock dirigió largometrajes que se acabaron convirtiendo en auténticas obras maestras de la historia de la gran pantalla. Entre ellas destacan Rebeca (1941), que le valió su único Premio Óscar, La ventana indiscreta (1954), Vértigo (1958) o Con la muerte en los talones (1959), que supuso la culminación del cine de suspense. Pero la película del director británico que más ha trascendido en la cultura popular es Psicosis (1960), que abrió la puerta al nuevo cine de terror y es considerada la pionera del género slasher.
En el 45.º aniversario de su fallecimiento, la Fundación Disenso presenta una nueva Nota. En ella, el escritor y analista cinematográfico Fernando Alonso Barahona hace un recorrido por la biografía de Hitchcock y analiza los aspectos más característicos de su personalidad y obra. El autor incide en el papel que tuvieron las mujeres en sus películas, en las que las retrató como frías y seductoras, rubias y distantes, pero intensamente carnales en los momentos soñados, y en el suspense que el genio londinense supo utilizar en el cine como nadie antes lo había hecho.