Se cumplen 20 años de la elección de Benedicto XVI como papa
El 19 de abril de 2005, el cardenal Joseph Ratzinger era elegido para suceder a San Juan Pablo II Magno como el sumo pontífice de El Vaticano. Su designación como papa se produjo en el segundo día de cónclave y al cuarto de escrutinio y como nombre papal eligió el de Benedicto XVI. Pese a todo el descrédito que la prensa intentó volcar sobre su figura, el papa alemán supo encabezar una transición normal entre el pontificado de Juan Pablo II y el suyo. Para ello, combinó su talante de erudito, docente y teólogo con una defensa férrea de la doctrina de la Iglesia, la suavidad en las formas y una constante llamada al encuentro con los demás.
Durante los ocho años que duró su pontificado, Benedicto XVI, que había sido mano derecha de Juan Pablo II como prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, supo gobernar con afecto la Iglesia universal, con un estilo y personalidad que arraigaron con profundidad en la Iglesia universal. Además, con su renuncia el 11 de febrero de 2013 causó una situación inusual: que, hasta su fallecimiento en 2022, convivieran dos papas.
En el vigésimo aniversario de su elección como papa, la Fundación Disenso presenta una nueva Nota. En ella, el doctor en Periodismo, Rafael Nieto, narra el vastísimo legado que dejó el pontificado de Benedicto XVI, prestando especial atención a sus tres encíclicas: Deus caritas est, Spe salvi y Caritas in veritate.