La pandemia evidenció que ni nuestras instituciones ni nuestras leyes estaban preparadas para afrontar esa situación.
El 14 de marzo de 2020, el presidente Pedro Sánchez declaró el estado de alarma para todo el territorio nacional en el contexto de la pandemia del COVID-19. El Gobierno del PSOE-Unidas Podemos había aprobado ese día el Real Decreto Ley que, inicialmente, se extendería durante 15 días. Sin embargo, un Congreso amordazado autorizó al Gobierno de Sánchez a prorrogar hasta en tres ocasiones más ese estado de alarma, que se extendió hasta el 9 de mayo.
Dicho confinamiento supuso la mayor restricción de la libertad vivida durante la historia reciente de España. En los casi tres meses que duró, los ciudadanos vieron reducido su derecho a moverse en libertad a unos pocos supuestos: ir a comprar alimentos a los supermercados o acudir a centros médicos. Durante ese tiempo en confinamiento, los medios sometieron a los españoles a un continuo bombardeo de consignas destinadas a someterles y a coaccionar a los disidentes.
Cinco años después de la declaración del primer confinamiento, y declarada la inconstitucionalidad de muchas de las normas aplicadas por el Gobierno de Sánchez, el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia, Carlos Flores Juberías, analiza en una nueva Nota de la Fundación Disenso, las cinco lecciones que el estado de alarma y el confinamiento del COVID-19 nos ha dejado a los españoles.