Isabel Pantoja y el eterno romance de la copla con España

Isabel Pantoja y el eterno romance de la copla con España

El género lleva vivo un siglo, pasando por encima de modas y menosprecios

Este año se cumple el cincuenta aniversario sobre los escenarios de una de las artistas más populares de nuestro país: Isabel Pantoja Marín (Sevilla, 2 de agosto, 1956). Coincide más o menos con la celebración del centenario de la copla, uno de los géneros más arraigados en España, que nos ha acompañado en los momentos más complicados de nuestra historia política y sentimental. Esta forma musical nace en los años veinte del siglo XX, pero florece en los dramáticos treinta y cuarenta, aupado por los gigantes de la composición Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga, un trío cuyos integrantes participaron en clásicos tan enormes como ‹‹Tatuaje››, ‹‹La zarzamora››,  ‹‹Ojos verdes››, ‹‹Yo soy ésa››, ‹‹Francisco Alegre››, ‹‹La niña de fuego›› y ‹‹Pena, penita, pena››, por citar las más emblemáticas de un cancionero inoxidable e inmortal, que los españoles seguiremos cantando dentro de varios siglos.

La figura de Pantoja es crucial por muchos motivos, lo que no quiere decir que cuente con admiración universal. Son muchos los que opinan que su voz no está a la altura de las grandes del género, por ejemplo, de su contemporánea Rocío Jurado. Pero tiene otras virtudes que lo compensan: ‹‹Si la voz de la de Chipiona era inigualable, la Pantoja reina como nadie sobre el escenario: posee la técnica teatral de las grandes copleras de antaño y a la vez tiene ese instinto, esos golpes inesperados, más propios de los artistas de naturaleza flamenca››, señala el periodista Luis Troquel. ‹‹Jurado tampoco gozó siempre del estatus por encima del bien y del mal con el que han pasado a la historia. Yo la vi un montón de veces en auditorios que no estaban ni mucho menos llenos››, recuerda el periodista.

Pantoja es una artista insuperable, que inyecta vida a cada uno de los personajes que interpreta. En muchos de sus himnos, el personaje se confunde con la persona, como en ‹‹Marinero de luces››, escrita por José Luis Perales. La letra alude a la muerte en el ruedo de su marido, Francisco Rivera ‹‹Paquirri››, que conmocionó a todo el país en 1984, hasta el punto de que niñas y niños jugaban en los parques y recreos a reproducir su entierro. La emoción nacional puede palparse en su concierto de regreso en el Teatro Real en 1985, retransmitido por RTVE y presidido por la Reina Sofía (todos los beneficios iban destinados a la fundación que lleva su nombre). 

España ha seguido al minuto la trayectoria personal de Pantoja, que incluye romances con celebridades, conflictos familiares aireados en platós y hasta escándalos de corrupción ligados a su relación sentimental con un alcalde de Marbella. Pero nunca se ha olvidado lo importante: su trabajo musical. Entre sus grandes canciones destacan clásicos como ‹‹Hoy quiero confesarme››, ‹‹Se me enamora el alma›› y ‹‹Era mi vida él››, así como intensas versiones de su amigo íntimo Juan Gabriel, con quien mantuvo una estrecha complicidad artística (el Divo de Juárez compuso para ella un himno a la Virgen del Rocío). La historia reciente de la canción popular española no se entiende sin Isabel Pantoja, que este verano ha llegado grandes recintos la gira donde celebra medio siglo de carrera…

Como la propia Isabel, la copla sobrevive a cualquier moda y menosprecio. Algunos progresistas maliciosos o desinformados intentaron relacionarla con el machismo, el franquismo y la presunta España negra, pero siempre fueron respondidos con solvencia. La copla, ahora hay consenso, sirvió de como cauce de expresión del deseo femenino, acompañó al extranjero a los exiliados de la Segunda República y se mantuvo siempre cerca de los humildes y sus alegrías cotidianas. ‹‹El sambenito franquista de la copla ya está superado. Las dictaduras tienden a apropiarse de la música popular (..) Pero ahora la gente se ha quitado el prejuicio y su disco duro se ha abierto. Ahora estamos en un “boom” de la copla porque hasta da morbo, con esas historias…››, explicaba Martirio en una entrevista de 2013.

Devotos izquierdistas de la copla hay muchos, podemos citar al político Julio Anguita, el novelista Manuel Vázquez Montalbán y al músico popular Carlos Cano, poco sospechosos de franquismo todos ellos. Otro famoso izquierdista que conoce la pegada del género es Víctor Manuel, productor de la película Yo soy esa, taquillazo absoluto de 1990 que supuso el primer papel cinematográfico de Isabel Pantoja. En ella se recreaba el ambiente de la primera etapa dorada de la copla, por eso se bautizó con el título del clásico de León, Quintero y Quiroga, que triunfó de en la voz de Juanita Reina. 

La película costó 300 millones de pesetas y recaudó 650, convirtiéndose en la cinta más taquillera de España ese año, por encima de títulos potentes como ‹‹¡Átame!›› de Pedro Almodóvar y ‹‹¡Ay, Carmela!›› de Carlos Saura. Aunque atravesase un momento de olvido, la copla seguía viva en los corazones de los españoles y el arrase de la película fue la mejor confirmación. Desde la etapa clásica con Concha Piquer hasta el espléndido disco ‹‹Copla›› (2019) de Estrella Morente, son muchos los nombres que han cultivado el género que marca la educación sentimental del siglo XX en España.  La vida cotidiana del país no se comprende sin el arte de Imperio Argentina, Lola Flores, Juanito Valderrama, Miguel de Molina, Marifé de Triana, Rafael Farina y Carlos Cano, que resucitó el pulso al género en los complicados años ochenta, dominados por el tecnopop.

El posible inicio de la copla puede encontrarse en 1921 con la pieza ‹‹La cruz de mayo››. La etapa dorada se sitúa entre 1928 y 1958, donde el pueblo español conecta plenamente con estas mininovelas sonoras, con planteamiento, nudo y desenlace (comparables en altura poética a cualquier narrativa culta). Estudiar la historia de la copla confirma que nunca tuvo adscripción reaccionaria: Federico García Lorca participó en cinco discos con La Argentinita, bajo el título de Colección de canciones populares españolas. Durante la Guerra Civil, se escuchan coplas en ambas trincheras, ya que el dolor de verse separado de quien amas nunca ha tenido bando. A partir de los años sesenta, la copla sufre la dura competencia del pop y el rock anglosajón, pero no pierde su pulso, esperando su momento para resurgir. En la actualidad, su influencia sigue viva y diversos superventas han declarado su amor, entre ellos Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Pablo Alborán, C. Tangana y Rosalía. Este otoño TVE estrena el concurso musical La silla roja, centrado en descubrir los talentos copleros del futuro.

En este artículo hemos hablado de algunos grandes nombres de la copla española, pero no estamos ante un género dependiente de los divos, sino basado en la grandeza del repertorio. Lo expresó mejor que nadie Manuel Machado en uno de sus poemas más conocidos: ‹‹Hasta que el pueblo las canta / las coplas, coplas no son / y cuando las canta el pueblo / ya nadie sabe el autor. / Procura tú que tus coplas / vayan al pueblo a parar, / aunque dejen de ser tuyas / para ser de los demás. / Que al fundir el corazón / en el alma popular, / lo que se pierde de nombre / se gana de eternidad››. El gran mérito de la copla es haber hecho compañía a los españoles durante un siglo, tanto en los momentos dulces como en los más duros.

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