En 1914 se publicó por primera vez la emblemática obra Platero y yo. Juan Ramón Jiménez narró en ella la historia del pequeño burro Platero, con una belleza y sensibilidad que la han convertido en uno de los grandes clásicos literarios españoles.
La «elegía andaluza» que fue Platero y yo, le valió, junto a otras obras como Diario de poeta recién casado, el Premio Nobel de Literatura en 1956, convirtiéndose en el segundo literato español en conseguir el más alto galardón de las letras tras José Echegaray en 1904.
Pese a que Platero y yo es utilizado en los colegios de España e Iberoamérica como una herramienta fundamental para aprender castellano, JRJ le dio una profundidad adulta con atributos quijotescos: altos ideales e indiferencia a las habladurías de la gente y la herencia del rucio de Sancho y su materialismo, aquí transido de belleza. Eso ha causado que la historia de Platero sea la más traducida y vendida de España tras El Quijote.
En el 110 aniversario de la publicación de Platero y yo, la Fundación Disenso presenta su nueva efeméride escrita por el poeta y columnista Enrique García-Máiquez.
