Abascal se ha convertido en una de las grandes figuras de la escena política española en apenas un lustro liderando la entrada de VOX en las instituciones, consolidando el partido como alternativa de gobierno y poniendo sobre la mesa nuevos debates que hasta la fecha eran ajenos a nuestro país.
En 2018 VOX era un partido muy minoritario. Sus resultados electorales en las últimas citas se contaban por fracaso y el panorama político no presagiaba la apertura de una ventana de oportunidad. Fuera del circuito de los grandes medios de comunicación y con una potencia económica muy reducida, la capacidad de Santiago Abascal y los suyos para introducir asuntos en agenda era escasa, limitada en audiencia y tapada por la irrupción de nuevos partidos.
Abascal decidió perseverar y lo hizo sobre algunos de los asuntos que iban a marcar los siguiente años en nuestro país. Dos de las grandes banderas de VOX, la unidad nacional y la lucha frente al fundamentalismo islámico, pasaron desgraciadamente al centro del debate por dos de los episodios más crudos de la historia de nuestro país: el golpe de estado de 2017 y el atentado islamista en Barcelona y Cambrils.
La incapacidad del resto de los partidos para afrontar ambos fenómenos permitió a VOX colarse en el debate público y, por primera vez en mucho tiempo, se dio voz a una parte del país que permanecía silenciada.
En las diferentes citas de la gira ‘La España por Venir’, Abascal y el resto de los dirigentes lograron reunir a cada vez más seguidores en las diferentes provincias, concluyendo con un acto histórico con más de 1000 asistentes en Barcelona.
La semilla estaba germinando y solo necesitaba un poco más de impulso: llenar Vistalegre. Un reto mayúsculo para un partido entonces minúsculo -cinco empleados en su pequeña sede de la madrileña calle Diego de León- en un panorama político muy alterado tras la moción de censura contra Mariano Rajoy y la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa.
VOX llenó Vistalegre el 7 de octubre de 2018 y Abascal pronunció uno de sus primeros grandes discursos. Ante un auditorio entregado, el líder de VOX apeló a esa España que “había despertado” y reivindicó el orgullo de “sentirse españoles” frente a “las traiciones y el revanchismo histórico”.
Tras un repaso a los grandes asuntos de VOX y una denuncia a “todos esos debates que habían sido cerrados”, Abascal desmontó una de las grandes estrategias mediáticas de la izquierda. La etiqueta “fachas” era utilizada hasta esa fecha para desacreditar cualquier movimiento político de corte conservador. Un recurso muy efectivo que buscaba imponer una censura a todos aquellos españoles que pensaban diferentes. Abascal se autoproclamó “facha” y ensalzó todos esos valores que la izquierda denunciaba y el centroderecha había arrojado al suelo.
El discurso de Abascal en Vistalegre catapultó a VOX al primer plano mediático. Telediarios abriendo con sus palabras, reportajes frenéticos advirtiendo de los peligros de la ultraderecha y tertulias negando el cambio político que se estaba produciendo en el país.
La convocatoria de elecciones anticipadas en Andalucía sirvió para desmontar el mito de las encuestas en España. Ninguna encuestadora se acercó a los doce escaños que obtuvo VOX que, por primera vez desde su fundación, conseguía entrar en las instituciones.
El clima político continuó efervescente y Pedro Sánchez decidió convocar elecciones generales para el 29 de abril. VOX desbordó el país, llenando en todos sus actos y la imagen de Abascal con el megáfono disculpándose ante los que no podían entrar se volvió de lo más habitual. En Sevilla, donde el líder de VOX había hecho campaña subido a un banco y acompañado de dos o tres figurantes como público, Abascal apeló a los “valores en riesgo”: “Los valores de nuestros padres no son modernos o antiguos, son eternos, son cosas que no va a desaparecer nunca”.
VOX cerró la campaña en un multitudinario acto en la madrileña Plaza de Colón y Abascal esbozó en su discurso algunas de las ideas que iban a marcar las siguientes citas electorales: el ataque a los fundamentos de la Nación, la dictadura izquierdista contra la libertad y la brecha entre las clases medias y trabajadoras y los partidos políticos tradicionales.
“No asistimos a unas elecciones cualquiera, el 28 de abril decidimos lo más importante: o el pacto de la traición o una alternativa patriótica. O la disgregación o la continuidad histórica. O la miseria socialista o la prosperidad de nuestros hijos y nuestros nietos. O la dictadura progre o la libertad de los españoles”, aseveró Abascal.
VOX obtuvo 24 escaños y 2.5 millones de votos en unas elecciones en las que el PSOE se hizo con la victoria. Pedro Sánchez tenía la oportunidad de repetir como presidente del Gobierno, pero para poder lograr los votos necesarios debía contar con los apoyos de la ultraizquierda y los partidos separatistas y filoetarras.
El 23 de julio se convocó el debate de investidura en mitad de una tormenta entre el PSOE y Podemos por el reparto de ministerios. La tensión entre Sánchez y el entonces líder morado, Pablo Iglesias, llevaría a una repetición de elecciones meses después.
En su intervención, Abascal adelantó lo que iba a suceder en España en los próximos años y denunció el “frente popular” que estaba construyendo la izquierda y sus dos objetivos principales: la ruptura de la soberanía nacional y el cambio de régimen.
“Va a encontrar en VOX un obstáculo insalvable para su proyecto”, subrayó Abascal, que reivindicó el derecho a disentir de los españoles frente a la imposición de lo políticamente correcto.
Sánchez convocó nuevas elecciones para el 10 de noviembre. Las encuestas apuntaban a una caída de VOX y a una recuperación del bipartidismo. Los analistas daban al partido por amortizado y la estrategia del voto útil se recrudecía.
A lo largo del verano, VOX anunció la celebración de Vistalegre Plus Ultra para el 6 de octubre. Si un año antes Abascal había llenado el coso madrileño, esta vez lo desbordó por encima de cualquier expectativa convocando a más de 15.000 personas.
En un extenso discurso, Abascal abordó cuestiones cruciales para el futuro del país: unidad nacional, soberanía, empleo, seguridad, libertad individual, memoria histórica. En Vistalegre Plus Ultra se citaron asuntos que habían estado fuera de todo debate y que nadie hasta la fecha había abordado.
La campaña electoral siguió los cauces de las anteriores y VOX llenó en todos los lugares que visitó. Abascal tuvo la oportunidad de intervenir en un debate electoral con los otros cuatro candidatos y en las últimas semanas las encuestas ya vaticinaban una subida de VOX.
El 8 de noviembre, VOX cerró su campaña en Colón. Desde allí, Abascal apeló a la concordia nacional como freno a la construcción de un “frente popular” por parte de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.
VOX obtuvo 52 escaños y más de 3.6 millones de votos. Pedro Sánchez repitió victoria y solo un día después certificó su acuerdo con Pablo Iglesias y los partidos separatistas y filoetarras. En el mes de enero, el socialista saldría investido presidente del Gobierno con varios ministros de Podemos dentro del ejecutivo.
Abascal reprochó a Sánchez sus continuas mentiras a los españoles y tachó al gobierno de “ilegítimo” por hacer todo lo contrario a lo que había anunciado durante la campaña electoral. En su intervención, el líder de VOX abordó asuntos como la inseguridad, la situación económica de los españoles y los graves riesgos a los que se enfrentaba la Nación.
Con motivo de la asamblea anual del partido, VOX convocó a sus afiliados y simpatizantes a Vistalegre III. En un acto multitudinario como los dos anteriores, el partido esbozó la idea de la alternativa frente al consenso progresista y Abascal centró su discurso en la defensa de la soberanía nacional y la traición de la izquierda a las clases populares.
“Hoy decimos que la soberanía nacional es innegociable porque los que estamos aquí y muchos más estamos dispuestos a defender nuestra patria y su soberanía hasta las últimas consecuencias”, sentenció Abascal.
La gestión de la pandemia, plagada de irregularidades, mentiras y encierros, unida a la situación política y a los continuos ataques del gobierno a los pilares de la Nación provocó la petición de una moción de censura a Pedro Sánchez. Abascal tendió la mano al entonces líder del Partido Popular, Pablo Casado, que no la aceptó y fueron los 52 diputados de VOX los encargados de firmar la iniciativa.
El debate tuvo lugar los días 21 y 22 de octubre. El diputado por Barcelona, Ignacio Garriga, presentó la moción y Abascal fue el candidato. En su discurso más extenso, el diputado por Madrid realizó una radiografía de la acción del gobierno y trazó las líneas maestras del plan de VOX para España bajo los principios de la libertad, la igualdad, la prosperidad, la seguridad y la soberanía.
VOX celebró el Viva 21 el 10 de octubre de 2021, una reunión familiar y política donde reivindicó la amplia diversidad de las provincias españolas y presentó la Agenda España. Este documento, una respuesta a la Agenda 2030 impulsada desde organismos supranacionales y asumida por los gobiernos nacionales, abordaba a través de 20 puntos algunos de los principales retos del país: igualdad entre españoles, unidad nacional, empleos y salarios dignos, educación en libertad, acceso a la vivienda, protección del producto nacional, seguridad y defensa, Unión Europea, España Rural o libertad de expresión, entre otros.
Abascal desgranó en su discurso los puntos más importantes de la Agenda España: “Más pronto que tarde llegará un Gobierno al servicio de España. Porque es España quien nos convoca. Es España quien nos mueve y es España quien nos conmueve”.
Un año después y tras el éxito cosechado en VIVA 21, VOX volvió a convocar a sus afiliados y simpatizantes a un acto multitudinario en Madrid. Además de reivindicar la historia de nuestro país, el VIVA 22 fue el escenario elegido por el partido para presentar la iniciativa España Decide que pretende que, tal y como está amparado en la Constitución, los asuntos de especial relevancia sean consultados en referéndum a los españoles.
“¿Qué es España decide? Más y mejor democracia. Que la España oficial se parezca más a la España real y no al consenso de los partidos. ¿No ha habido en 40 años decisiones sobre políticas públicas por las que debíamos ser escuchados?”, explicó Abascal que en una defensa de la libertad individual pidió que fueran los españoles, al margen de partidos, los que decidieran sobre el futuro de su Nación.
En el mes de febrero, Abascal anunció la convocatoria de una nueva moción de censura contra el gobierno. Al igual que en 2020, la lista de motivos era interminable y al igual que entonces el Partido Popular se negó a apoyar la iniciativa o a presentar su propio candidato. La moción finalmente se celebró en el mes de marzo.
En su discurso, Abascal denunció lo ocurrido a lo largo de la legislatura, el asalto del gobierno a las instituciones, la ruptura de la convivencia nacional y lo que podría ocurrir en los próximos meses si Sánchez no era desalojado de La Moncloa: “Una legislatura donde han votado todos ustedes restringir derechos y libertades, pisoteando la Constitución como ha quedado avalado por el TC y ninguno de ustedes ha tenido la dignidad de marcharse o emitir, al menos, una tímida disculpa”.