El complejo mapa en la Iberosfera

El complejo mapa en la Iberosfera

En todos los casos, la reforma será peor que la Constitución vigente, profundizando en las dinámicas autoritarias que caracterizan a los ejecutivos de izquierda, obsesionados por destruir las tradiciones.

Durante los años 2021 y 2024 tendrán lugar en la Iberosfera más de quince procesos electorales para elegir los poderes ejecutivo y legislativo. A excepción de Bolivia, todos los países de la región pasarán por las urnas. El politólogo mexicano, Daniel Zovatto, ha calificado dicho proceso como un súper ciclo electoral.


Hasta el momento, hemos visto elecciones en Ecuador, Perú, Nicaragua, Chile y Honduras. Este año, los costarricenses, los colombianos y los brasileños elegirán a sus autoridades. En el 2023, Guatemala, Paraguay y Argentina pasarán nuevamente por las urnas. Cierran el ciclo, en el año 2024, El Salvador, México, Panamá, República Dominicana, Venezuela y Uruguay. Como señalamos al inicio, sólo Bolivia quedará al margen. Esta acumulación de elecciones puede provocar una crisis en la Iberosfera, agravada por la ya difícil situación que vivían los distintos países resultado del estancamiento económico y la crisis provocada por el Covid 19.


El año 2021 ha sido malo para la conservación de la democracia, el Estado de Derecho y la libertad en la región. A excepción de Ecuador, todos los países han caído en manos de la extrema izquierda. Los datos son evidentes para Nicaragua, una dictadura dirigida por el guerrillero y revolucionario, Daniel Ortega; Chile, un país que ha caído en manos de una coalición anti sistema que trabaja día a día por destruir la Constitución más exitosa que ha tenido Iberoamérica; Perú, con el triunfo de Pedro Castillo y de sus socios terroristas; u Honduras, una nación marcada por el narcotráfico y la emigración,  sumida en una difícil situación. En todos los casos líderes de izquierda antisistema asociados al Foro de Sao Paulo han copado las instituciones del país.

Este año, el contexto no es menos problemático. Gustavo Petro lidera las encuestas en Colombia. Lula da Silva, uno de los Fundadores del Foro, tiene la oportunidad de ocupar nuevamente el Palacio de la Alvorada.

El próximo año, Guatemala, Paraguay y la Argentina elegirán nuevamente Presidente y autoridades legislativas. Los tres países muestran situaciones críticas que, de forma contraintuitiva, pueden servir para que gobiernos alejados de posiciones izquierdistas ocupen las posiciones de poder. Por último, en el año 2024, seis países organizarán comicios electorales. Será un año complicado que evidenciará, una vez más, la tragedia venezolana. También, una prueba de fuego a la hora de evaluar un gobierno centrista y liberal como el que se observa en Uruguay encabezado por Luis Lacalle Pou.

Este súper ciclo electoral reconfigurará el mapa de la Iberosfera de forma peligrosa.  Las fuerzas del Foro de Sao Paulo y los enemigos de la libertad están nuevamente ganando terreno y pueden lograr el triunfo en al menos doce países en la región. A estos se suma Cuba, el cáncer que contribuye a la expansión del socialismo totalitario en el territorio americano. Los demócratas deben ser conscientes de la agenda que estas organizaciones tienen diseñada. Una hoja de ruta que busca la fractura social y la ruptura institucional modificando las constituciones vigentes en la actualidad. Como hemos podido observar, Chile ya se encuentra inmerso en este proceso. Pedro Castillo, a no ser que se lo impidan las fuerzas de oposición, abrirá la discusión sobre la reforma en cuanto le sea posible.

De obtener la victoria en Colombia, Petro imitaría el modelo, generando un proceso constituyente con objeto de modificar la arquitectura institucional del país. En todos los casos, la reforma será peor que la Constitución vigente, profundizando en las dinámicas autoritarias que caracterizan a los ejecutivos de izquierda, obsesionados por destruir las tradiciones, modificar las formas de vida y concentrar y centralizar el poder al máximo posible destruyendo el pluralismo inherente a toda sociedad democrática. En este momento, debemos trabajar para frenar esta nueva ola de izquierdas si queremos proteger la libertad, la democracia y el Estado de Derecho. La tarea es ardua, pues el Foro de Sao Paulo parece tener energías renovadas. Es mucho el trabajo que tenemos por delante con objeto de proteger las libertades de todas las personas que habitan esta maravillosa región.

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