Entrevista al director de Disenso, Jorge Martín Frías, publicada en el diario El Mundo el pasado 2 de noviembre.
Jorge Martín Frías, licenciado en filosofía y experto en comunicación política e institucional, ex editor del think tank conservador Red Floridablanca (cercano al PP), ha asumido el encargo de Santiago Abascal de dirigir la fundación Disenso. Un laboratorio de ideas -con vínculos con esa «nueva derecha» que tiene en la francesa Marion Marichal y la italiana Giorgia Melloni dos referentes- cuyo objetivo es dotar a Vox de musculatura intelectual para tratar de ser el partido mayoritario del conservadurismo español.
¿Disenso pretende representar para Vox lo que en su día fue la FAES para el PP de Aznar?
Estamos vinculados a Vox pero el encargo que he recibido no es de convertir a Disenso en un búnker del partido, sino que debemos abrirla a instituciones, organizaciones civiles, intelectuales… A todas aquellas voces que tengan una vocación de disentir con el pensamiento dominante actual para llegar a un nuevo consenso en torno a la defensa de la libertad, la prosperidad, la propiedad privadas, la soberanía de la nación y la reivindicación de España. Lo hacemos desde tareas propias de un think tank, con seminarios, análisis académicos, informes… Y con una vertiente en las redes sociales, en medios de comunicación como la Gaceta de la Iberoesfera, de pura guerra cultural.
Defina qué es la «guerra cultural», un concepto tan utilizado como confuso…
Nosotros no salimos a dar la batalla, salimos a ganar la guerra cultural. ¿Qué es? Lo vemos ahora en las series de televisión, en el teatro, en los cines, en los medios de comunicación, en las universidades donde se ha impuesto un pensamiento único y dominante desde la izquierda. Tenemos muy claro que las ideas tienen consecuencias y que debemos ofrecer una alternativa a ese marco izquierdista, entrando en cuestiones que se esconden a la sociedad, planteando debates que pueden ser incómodos, que están cerrados, que muchos no se atreven a asumir. .
¿Por ejemplo?
El modelo de Europa. Mire, si hoy en día alguien propone una Unión Europea que se asemeje más a la que plantearon los padres fundadores, te acusan de ser anti europeo o euro escéptico. Si no hay debate y no se escucha la voz de las personas, no se analiza las causas de las quejas o el malestar, las consecuencias es el Brexit.
¿Y qué Europa defienden exactamente ustedes?
Una Europa de naciones soberanas, que cooperan libremente, como se contemplaba hasta el tratado de Niza de 2001. Uno de los problemas del actual debate político es que se ha convertido el sentido común en una herejía, como vemos estos días con un Gobierno que está legislando para perseguir los piropos o perseguir el color rosa. O como pasaba en Francia con la inmigración. ¿Ahora Macron es en un xenófobo por señalar el problema del islamismo? El proyecto multicultural, tan arropado por las elites, ha fracaso, como lo advirtió en su día Giovanni Sartori, y quienes sufren las consecuencias son las personas. Hay que revertirlo.
Una de las obsesiones de la «nueva derecha» es combatir lo que definen como «superioridad moral» de la izquierda. ¿Es ese el principal cometido de Disenso?
La derecha se olvidó del ciudadano, que también espera que la política plantee ideas, debates y no sólo se centre en la gestión. Así permitió que la izquierda ocupara todo el espacio en los medios de comunicación, universidades… Todo el tablero político e ideológico gira en torno a las ideas que ha puesto la izquierda.
¿Y la respuesta a su entender debe pasar por el populismo?
Habría que definir qué es populismo, porque muchas veces es la reacción natural de la sociedad ante la dejadez de las elites, su distancia con el pueblo y las instituciones. O ante la distancia de la opinión pública y la publicada.
Una de sus primeras iniciativas ha sido impulsar la Carta de Madrid, firmada entre otros por Eduardo Bolsonaro o Georgia Melloni (Fratelli di Italia), en contra del auge de la izquierda en «la ibeoresfera».
Es la carta fundacional del Foro de Madrid, una iniciativa frente a la amenaza para la democracia que representan el Foro de Sao Paolo y el Grupo de Puebla. Son una amenaza para las democracias europeas y norteamericana.
¿No pecan ustedes de conspiranoicos respecto al poder, la influencia y las intenciones de estos foros?
El Foro de Sao Paolo y el Grupo de Puebla intentan socavar los elementos más básicos de las democracias liberales, como la separación de poderes, el estado de derecho, la propiedad privada, la libertad de expresión. Si entras en la página del Grupo de Puebla están las firmas de Fernando Correa, Lula da Silva, Evo Morales, pero también las de Irene Montero, José Luis Rodríguez Zapatero o Baltasar Garzón. Lo conspiranóico sería pensar que todos los miembros del Gobierno están a favor de la Corona y de reforzar las instituciones.
Con la excusa del coronavirus el discurso y las medidas autoritarias proliferan en Europa. ¿La democracia está en riesgo?
El virus chino ha acelerado algunas carencias de la desindustrialización de los países, como el hecho de la falta de capacidad de algunos países en producir material sanitario. Además los derechos y las libertades están en una situación de vulnerabilidad. Algunos gobiernos con la intención de aprovechar la pandemia para seguir en el poder.
Dígame tres pensadores de referencia…
Aristóteles, Julián Marías y Michael Oakeshott.
¿Y tres políticos?
Antonio Maura, Ronald Reagan y Margaret Thatcher.