China en el conflicto con Ucrania

China en el conflicto con Ucrania

China es el mayor socio comercial de Ucrania y necesita importaciones de granos y otros productos. Ucrania también es un socio clave de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.

¿Cuál es la posición del gobierno chino en el conflicto en Ucrania? Si leemos las declaraciones del gobierno chino en las últimas semanas, está claro que Beijing no está contento con la invasión rusa de Ucrania. China mantiene una doble vía: se pone del lado de Moscú, pero al mismo tiempo subraya la importancia de la no injerencia y la integridad nacional y territorial de los distintos países. Por un lado, China continúa sin condenar la invasión rusa y reafirma la sólida relación que existe con Moscú. Muestra empatía respecto a las preocupaciones de seguridad rusas sobre la amenaza que representa la OTAN. Además, condena el uso de sanciones. Por otro lado, China sigue apoyando la soberanía de Ucrania. El ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo en un comunicado que China cree que la seguridad de un país no puede venir a expensas de la de otros y que la seguridad regional no puede garantizarse mediante el fortalecimiento y la expansión de los bloqueos militares.

Al mismo tiempo, China está afectada por algunas circunstancias que complican su toma de partido. Por una lado, una fuerte cooperación con Ucrania que ha sido subestimada, pero que tiene un peso. China es el mayor socio comercial de Ucrania y necesita importaciones de granos y otros productos. Ucrania también es un socio clave de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. Sin embargo, China no puede renunciar a su proximidad a Moscú, más aún después de la visita de Putin a Pekín durante la inauguración de los Juegos de Invierno y después de haber publicado con Rusia un documento en el que queda clara la existencia de un frente común que pone en tela de juicio el orden internacional liderado por EEUU y la OTAN.

En tercer lugar, China se encuentra atada por sus propias decisiones. No puede negar su línea de política exterior basada en la no injerencia en los asuntos internos, en el mantenimiento de la integridad territorial de los países y, en general, en la posición «responsable» del país dentro de la comunidad internacional. En último lugar, Pekín, aunque como una posición alternativa, nunca ha renunciado a intentar restablecer unas relaciones amistosas con Estados Unidos y más aún con la Unión Europea. El año 2021 no ha sido positivo en lo que respecta a las relaciones entre Pekín y Bruselas (por ejemplo, en relación a la cuestión con Lituania).

Esta ambigüedad y «tierra de nadie» sugiere que China esté aprovechando el ataque ruso para legitimar su papel internacional y trabajar como un posible mediador. Según diferentes analistas, el presidente chino ha avanzado una voluntad de trabajar en un proceso de coordinación internacional, adoptando un modus operandi diferente al del resto de líderes mundiales. Xi Jinping aceptaría entrar a mediar en la crisis ucraniana sin sacrificar su asociación con Moscú y sin querer apalancarse en una guerra que puede durar mucho tiempo.
Además, es plausible que el líder chino espere garantías: por ejemplo, limpiar la imagen de su país a nivel internacional. Lo anterior serviría, por ejemplo, para sacar adelante el Acuerdo Global UE-China, actualmente congelado. Con respecto a Estados Unidos, y aunque China le considera el principal culpable de esta crisis, su mediación podría servir para reducir las tensiones comerciales existentes en la actualidad.

La posible entrada de China como mediador en el conflicto ucraniano demostraría una vez más la poca capacidad política de los líderes europeos a la hora de pensar en el futuro de Europa de manera independiente a los intereses estadounidenses.

Si Ucrania y su pueblo son los primeros y principales derrotados de este conflicto, Europa viene después. Todo, debido a los costes que las sanciones energéticas y de otro tipo acarrearán a sus ciudadanos. Europa perderá también aún más relevancia en el tablero internacional. El ingreso de China como potencia mediadora, por su parte, fortalecerá su legitimidad internacional y contribuirá una vez más a consolidar al gigante como una potencial mundial.

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