En este sentido, el ecologismo podría ser contemplado como la nueva categoría nuclear para expandir el momento populista que permitió la irrupción de Podemos.
Íñigo Errejón, líder de Más País, acaba de publicar Con Todo, un libro a modo de memorias en el que, además de su trayectoria personal y militante, se puede observar su concepción de la política.
Ésta, fundamentalmente, se basaría en la producción de identidad y la disputa por el sentido de categorías que, por su especial trascendencia, pueden convertirse en representantes de una época.
Dicha definición, tan líquida y extensa, unida al rechazo explícito que Errejón expresa tanto de la teoría política liberal como del dogmatismo de una izquierda que considera anquilosada y cómoda en la socialización de unas costumbres y unos mitos que no son extrapolables al resto de la sociedad española, nos permite analizar, desde otra óptica, cuál sería para él y, por tanto, para Más País (Más Madrid) el significado de las dos propuestas estrellas que han lanzado: el ecologismo y la salud mental.
En este sentido, el ecologismo podría ser contemplado como la nueva categoría nuclear para expandir el momento populista que permitió la irrupción de Podemos. De esta forma, y al contrario que el análisis realizado en Agenda Pública por los investigadores José Miguel Rojo Martínez y Alejandro Soler Contreras, el momento “ecologista” no vendría a sustituir al momento populista, sino que sería su continuación.
Errejón se ha dado cuenta, entre otras cosas, gracias a la aparición y el impacto que ha tenido en la política estadounidense, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez o al profundo impacto que está teniendo en las opiniones públicas de los países occidentales el discurso de Greta Thunberg, que la defensa del planeta puede ser ese agregador (en el sentido concebido por Ernesto Laclau) que le permita “construir pueblo”.
Este debate sobre la importancia de “lo verde” ya estuvo presente cuando, tras el resultado de Podemos en las elecciones europeas de 2014, Pablo Iglesias decidió imponer, frente a su criterio, que el partido se adscribiría al Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) y no al Grupo de los Verdes.
Para Errejón esta decisión marcaría una toma de posición que se antojaría irreversible y que haría que Podemos fuera renunciando, poco a poco, a las categorías transversales que le permitieron llegar hasta los 69 diputados y que consistieron, por ejemplo, en la sustitución del eje izquierda/derecha, clásico del parlamentarismo por el de arriba/abajo; pueblo/oligarquía y otros similares que facilitaron la aproximación de electores que, por tradición ideológica, jamás habrían votado a un partido que se reivindicara como “de izquierdas” o, aún más, que hiciera suyas banderas como las de la Segunda República o la Unión Soviética.
Sin embargo, ni Errejón ni su partido (llámese Más País o Más Madrid) han conseguido algo que éste le reprocha a Podemos: deshacerse de la etiqueta de “izquierda”. El ecologismo y la salud mental están siendo instrumentalizados, en ese sentido, como un mecanismo que les permita superar esa división ideológica y, sin embargo, cada vez más se reivindican como un partido “de izquierdas”.
En su horizonte político aparece la inusitada importancia que han cobrado los Verdes en el parlamento alemán. Sin embargo ¿alguien se imagina a Más País pactando un gobierno con el PSOE y Ciudadanos?
De la experiencia política de Errejón (próxima al libertarismo de la CNT de joven y eminentemente populista tras descubrir, durante la redacción de su tesis doctoral la obra de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe) se puede extraer una lección fundamental: el posmarxismo es una nueva tradición ideológica dentro de la izquierda que pretende abandonar el dogmatismo del marxismo y de la izquierda tradicional pero que comparte con esta sus fines en materia de políticas públicas.
Sólo así se puede comprender la evolución de algunos de los principales regímenes latinoamericanos como la Bolivia de Evo Morales o la Argentina de los Kirchner, fundamentales para explicar no sólo su trayectoria político-intelectual sino para comprender los mecanismos nacional-populares que Errejón ha intentado trasladar a España.