Los primeros días de Milei en la gestión

Los primeros días de Milei en la gestión

Milei tiene ahora una oportunidad de oro para, además del diagnóstico socioeconómico, presentar un mapa detallado de la corrupción kirchnerista.

Como corolario de la elección más asombrosa e intensa de los últimos tiempos, en Argentina se viene llevando a cabo una vertiginosa transición gubernamental que terminó el pasado domingo cuando Javier Milei recibió los atributos presidenciales. La cuenta regresiva para el traspaso de mando sumó presiones, intrigas y retos de enorme magnitud que el primer presidente libertario de la historia deberá afrontar apenas asuma el poder. Su plan, diseñado contra reloj, tiene por objetivo desarmar una bomba de tiempo creada por el saliente cuarto gobierno kirchnerista y a la vez sostener la gobernabilidad en un contexto convulso y fragmentado, contando con una fuerza minoritaria.

Aun cuando las mediciones de opinión señalan un aumento del apoyo popular a Javier Milei, es escaso el margen que tendrá para aplicar su famoso “plan motosierra” apoyado en la contundente legitimidad de las urnas. En el mediano y largo plazo hay muchos interrogantes en relación a cómo hará para sostener su popularidad en medio de la crisis y articular un apoyo legislativo estable, contando con tan pocos diputados propios y que, aun sumando los del PRO, no alcanzarían para conseguir el quórum reglamentario para poder sesionar. El gobierno que se estrena este fin de semana enfrenta días cruciales en los que deberá definir cómo va a encarar tres escenarios ríspidos: el político, el social y el económico.

En el terreno político todo se está estrenando, sobre todo el presidente y su entorno. Según las comunicaciones oficiales, el diputado Martín Menem presidirá la Cámara de Diputados y el libertario formoseño Francisco Paoltroni será el Presidente Provisional de la Cámara alta. Esto significa que, sumando a la fórmula presidencial, en las más altas jerarquías institucionales estarán cuatro ciudadanos que, hasta hace un par de años, no registraban historial político-partidario de mínima relevancia, un completo team outsider. La mesa chica de Milei se completa con su hermana, que podría ocupar la Secretaría General de la Presidencia; su asesor Santiago Caputo, Nicolás Posse, coordinador de los equipos técnicos de campaña y futuro Jefe de Gabinete y Guillermo Francos, quien estará al frente del Ministerio del Interior. 

También se está estrenando, y no sin tiranteces, la coalición de facto surgida del “Pacto de Acassuso” acordado con Mauricio Macri. Por lo pronto, la ex-fórmula presidencial de la formación macrista Bullrich-Petri acaba de integrarse al gabinete mileísta con altos cargos, pero se sabe que en la política argentina nunca nadie está satisfecho con los espacios obtenidos, de manera que siguen operando las ansiedades y miserias que se están exponiendo mediáticamente a diario, y permanentemente se publican nuevos acuerdos logrados por el mandatario para no depender de un solo socio.

La opinión pública parece haber asumido los peores pronósticos del corto plazo en función de la frágil situación actual. Milei ganó diciendo que el ajuste lo pagaría la casta política, pero es evidente que el desastre creado por el kirchnerismo va a afectar a toda la sociedad. Por eso se ha señalado que el mandatario dará detalles de la herencia emponzoñada que recibirá, para explicar la necesidad de un ajuste y moderar las expectativas que recaen sobre su gestión. El peronismo, en su versión opositora, nunca va a reconocer que la catástrofe es consecuencia de sus cuatro gobiernos precedentes y de inmediato comenzará a atribuir a Milei todas las culpas. Por caso, si bien Milei recién ha comenzado a gobernar, ya es blanco de críticas motivadas por lo dramático de la situación actual. La cúpula kirchnerista viene esfumándose de la gestión desde hace meses, y la desaparición es total luego de la derrota. Argentina es hoy como el Perla Negra, un barco fantasma sin humanos a cargo.

Milei tiene ahora una oportunidad de oro para, además del diagnóstico socioeconómico, presentar un mapa detallado de la corrupción kirchnerista. Se trata de dos décadas de brutal expoliación del pueblo argentino y su gobierno estaría más legitimado si los ciudadanos contaran con el detalle de la forma delincuencial en la que les han robado. Cuando Macri asumió, y tenía altísimo nivel de aprobación, se especuló con que llevaría adelante una lucha seria contra la corrupción. De hecho apoyó el proyecto de crear una Conadep de la corrupción, un órgano destinado a recibir y canalizar denuncias, que hiciera las veces de un “mani pulite argentino”. Por razones de conveniencia política, jurídica o porque sus asesores lo convencieron que “no era bueno dar malas noticias” la cosa es que Macri no lo hizo, pero Milei, afortunadamente, no tiene los compromisos del ex-presidente y retomar esta iniciativa sería un gran espaldarazo político a su imagen. 

Ocurre que Milei necesita acumular capital político para apuntalar su plan maestro, conocido como “ley ómnibus”. Un gran paquete legislativo que apunta a desregular el Estado y que se discutirá en el Congreso en sesiones extraordinarias. Muchos resortes del corporativismo argentino se moverán si ese paquete es aprobado, por eso su cintura política tendrá que probarse también en el plano social, jaqueado por un índice de pobreza que afecta a más de la mitad del país. Desde que venció a Sergio Massa y se generó una enorme expectativa en torno a sus próximas medidas, Milei patentó, ante cualquier demanda, la frase: “no hay plata”, símbolo de su intención de avanzar en la reducción del gasto público. Sin embargo ha hecho hincapié en que no desmantelará la red de contención social con otra frase:  “Contener a los caídos”. En sucesivas entrevistas habló de una continuidad que le permita evitar sufrir un estallido o que la pobreza se dispare. Para esto creó un megaministerio a cargo de Sandra Pettovello, llamado de “Capital Humano”, que tendrá bajo su órbita a Desarrollo Social, Trabajo y Educación, entre otras varias áreas. El ya presidente dijo que Pettovello tendrá la “billetera abierta”. 

El problema es que “Capital Humano” engloba algunos de los sectores más costosos para el erario y más significativos en términos del simbolismo kirchnerista. Sostener planes sociales en la escala actual significa sostener un nivel de gasto que aplasta a la clase media y al sector productivo, además de ser moral y éticamente injusto que unos pocos sostengan durante décadas a millones que no trabajan. Habría que ver, ante los ojos de la nueva gestión, quiénes son “los caídos”, dado que es la clase media la que viene pagando la fiesta de la demagogia socialista y esos son también “caídos”, pero además son el núcleo de su electorado. Milei deberá repasar los hechos de la historia reciente, cuando Mauricio Macri hizo todo lo posible por comprar gobernabilidad sosteniendo la estructura clientelística que luego no lo votó pero que logró que sus votantes lo rechazaran para siempre. Es una sábana corta y si se tapa siempre a los mismos “caídos” difícilmente el país crecerá.

“Mantener la billetera abierta para cuidar a los caídos”, significa también comenzar a negociar “transiciones” con los gerentes de la pobreza, que es el grupo de líderes de Movimientos Sociales, hoy tanto o más poderosos que los sindicatos, a los que ni el macrismo ni el peronismo han podido domesticar porque no estaban dispuestos a salir de la lógica asistencialista que es la máxima responsable del quiebre del país. Milei viene a representar una lógica nueva, de respeto a la propiedad y a la libertad. Valores incompatibles con la mafia de los planes sociales.

La expectativa mayor para solucionar el problema social “saliendo por arriba” es el éxito en el plano económico. El citado proyecto de “ley ómnibus” fijará el organigrama de la nueva gestión, y una serie de reformas de impacto como la desregulación de leyes económicas, la simplificación del sistema impositivo, modificaciones laborales, la privatización de empresas estatales y una reforma política que contemple modificaciones vinculadas al financiamiento partidario y al régimen electoral. Milei está jurídicamente asesorado por el designado futuro ministro de justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien también se muestra dispuesto a un recorte del 33% del personal que hoy en día trabaja para el Ministerio, trabajando sobre un sistema de acceso y egreso de personal con el que controlarán a cada uno de los empleados.

“Hay 2000 leyes que ordenan la actividad económica y muchas que deben ser eliminadas para promover la inversión”, sostuvo la futura canciller, Diana Mondino. En este sentido, el candidato a presidir la Cámara de Senadores, Francisco Paoltroni, brindó detalles del paquete de leyes: “Nuestro presidente lo va a anunciar el día 10 de diciembre y el 11 lo va a mandar a la Cámara. Es lo primero que tenemos que salir a resolver para que empiece a bajar la inflación, para generar los indicadores necesarios y que el país arranque», y agregó «Al campo le pega de lleno todo lo que es la macroeconomía. No necesitás medidas específicas, (…) Si empezamos a resolver el tipo de cambio y vamos a una quita y eliminación de retenciones, que lleva un tiempo, pero es claro hacia dónde vamos. Acá no hay magia, hay que trabajar y buscar consensos necesarios. Somos mayoría los legisladores que apoyamos este cambio que votó la sociedad. Hay que trabajar para cambiar la historia».

Aunque no se conocen el detalle de las reformas económicas, mucho se especula con que Javier Milei pondría en jaque a regímenes de privilegios sectoriales como el de Tierra del Fuego, el automotriz y tantos otros enquistados en la economía argentina y gerenciados por los famosos “empresaurios”. Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Central, es quien elaboró el proyecto de ley ómnibus al que describió como “Un gran digesto normativo” de más de 1.500 páginas que busca generar cambios profundos. El texto final se conocerá el mismo domingo 10, y se dice que cambió varias veces en las últimas semanas, pero ya es objeto de presiones y de lobbies afiebrados. 

Según distintos informes, el gasto público consolidado cerrará el año en torno al 38% del PBI, pero se estima que Milei buscará avanzar hacia el equilibrio fiscal. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal, para alcanzar ese equilibrio se requiere una caída de al menos el 25% del gasto primario actual, casi cinco puntos del PBI. Pero más allá de que Milei habla de un equilibrio fiscal a partir de la eliminación de «costos de la casta» es evidente que necesitará más recortes si busca llevar adelante esa pretendida armonía. Sin reservas, sin acceso al crédito, sin moneda no queda ninguna alternativa a un ajuste drástico. Javier Milei  logró un hecho inaudito, romper con lo “políticamente correcto” y conectar con el electorado a partir de una sinceridad brutal. Habló de la imposibilidad de seguir sosteniendo el desmesurado Estado engordado a más no poder desde la irrupción del kirchnerismo y se mostró resuelto a podar el gasto público con su motosierra. Son pocos meses lo que tiene para hacer cambios sustanciales mientras cuenta con el apoyo propio del gobierno recién llegado. Los enemigos son muchos, las circunstancias muy duras, y las ventajas escasas.

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