¿Cómo reaccionar cuándo, a estas alturas, escuchamos a políticos y analistas afirmar, con cara seria y voz engolada, que gracias al pacto de Sánchez con los separatistas éstos aceptan el marco constitucional español (sea eso, a estas alturas, lo que sea)?
Ya son muchos años y aquí ya nos conocemos todos. Por eso, declaraciones como éstas, nos revuelven el estómago a quienes vivimos desde hace décadas bajo el poder del nacionalismo catalanista. Quienes afirman estas cosas, ¿son tontos, ignorantes, ilusos? A estas alturas del partido cuesta creerlo. ¿Son tan miserables que mienten a sabiendas, tomándonos por tontos? En cualquier caso, te dejan un mal cuerpo de campeonato cuando no te arrancan la sonrisa amarga de quien es bien consciente de que el golpe va a recaer sobre sus espaldas.
En esto se parecen a esos estultos que cada vez que hay un atentado yihadista niegan que las motivaciones del mismo sean las que explicitan públicamente quienes lo perpetran. Ya pueden salir Osama bin Laden, Zawahiri, la Yihad Islámica o el Estado islámico diciendo que quieren destruir a las “naciones cruzadas” y que su objetivo es que todo el mundo se someta al Islam, que ellos insistirán en que, en realidad, lo hacen porque los occidentales les arrebatamos el petróleo, porque los discriminamos de no sé cuantas maneras o por cualquier otro motivo espurio, y nos explicarán que en realidad lo que quieren es reconfigurar los equilibrios de poder mundial para poder vivir en paz con nosotros.
Estos días hemos tenido que escuchar que ahora el separatismo “no tiene otra opción que acatar el marco constitucional”. Guillermo Fernández Vara ha escrito que “los que antes (los separatistas) querían romper España, ahora se suman a hacer posible su presente y su futuro… antes hacían referéndums y declaraciones, ahora se implican en un futuro común”. Y Pedro Sánchez, como si fuera un cantante de boleros cursi, sostiene que “Cataluña está lista para el reencuentro”. Podríamos seguir, pero creo que es suficiente.
Acatar el marco, implicarse en un futuro común, reencontrarse… es el marco imaginario que los socialistas intentan colarnos.
Luego está la realidad, la cruda pero innegable realidad.
La presidenta de Junts, Laura Borràs, ha asegurado que ellos no han renunciado a nada, sino que quien lo ha hecho es el PSOE: “Ha renunciado a planteamientos como, por ejemplo, decir que la amnistía era inconstitucional y ahora es viable”. El secretario general de Junts, Jordi Turull, se jacta de que “la palabra Constitución aparece mucho menos que las de referéndum de autodeterminación e independencia”. El líder de ERC, Oriol Junqueras, por su parte, ha declarado que el acuerdo, lejos de ser una rectificación de sus políticas, es una enmienda a la totalidad de la actuación del Estado español: “La amnistía es también un reconocimiento por parte del Estado de que muchas de las cosas que hizo, casi todas, estaban mal hechas y eran injustas”. Aleix Sarri Camargo, director de la oficina europarlamentaria de Junts, ha afirmado que “Digan lo que digan, saben perfectamente que la amnistía no es un perdón sino una rectificación” y que “hay que subrayar que el propio texto del acuerdo no habla en ningún caso de renuncia a la unilateralidad por parte de Junts y remarca su posición de compromiso con el referéndum del 1 de Octubre”. Por último, en sede parlamentaria, Miriam Nogueras lo ha dejado bien claro: “Nosotros no hemos vuelto al redil constitucional. Nuestra vía jamás será la de la renuncia. Queda también la vía de la unilateralidad”.
Desde luego, a los separatistas no se les puede acusar de doble lenguaje. Lejos quedan los tiempos del pujolismo, cuando en público se recogían premios al “español del año” mientras que en familia se hablaba de cómo trabajar para hacer una realidad la secesión, aunque eso se dejara “para nuestros nietos”. Lo cierto es que todo está muy claro: ni reencuentro, ni acatamiento, ni trabajo por un futuro común. Los separatistas hablan por activa y por pasiva de rectificación por parte del Estado español, de ruptura y unilateralidad.
Lo otro no son más que falsas justificaciones, porque sostener abiertamente que todo vale para permanecer en el poder queda feo.
Quédense con todos los buenos deseos de los socialistas de estos días. En poco tiempo van a quedar desacreditados, uno tras otro. Palabra de catalán que lleva muchos años viendo cómo se comportan los nacionalistas catalanes.
Descargue el documento en el siguiente enlace.
20231120_Blog